Cuando uno trata de hacer un análisis objetivo sobre la actual gestión municipal, trata primero de ver los puntos positivos, porque la sociedad necesita la responsabilidad constructiva de los dirigentes. Pero tras lo escaso positivo se encuentran mayores cosas negativas por mas benevolente que se quiera ser.
Tras 30 años de un gobierno cuasi paternalista, Díaz Pérez consiguió romper con este status quo, pero se cambio para no cambiar (haciendo un juego de palabras). Los vicios de 30 años del manolismo siguen vigentes, pero se agravan en el desgobierno que jamás vivió nuestra ciudad con el recordado caudillo lanusense.
Darío trato de modernizar cuestiones de administración, y eso uno no debe ser necio y negarlas, la vida cultural se expandió rotundamente y el trabajo de inclusión de los jóvenes más vulnerables por su situación socioeconómica se vio mejorada gracias a la gran labor de Juan Manuel Moreira en esa área. Pero no todo es color de rosa y el agujero negro es muy grande.
La infraestructura vial esta en decadencia constante con planes de bacheo y asfaltado que no cumplen las expectativas del vecino, sumado a un asfalto de pésima calidad teniendo en cuenta las necesidades de una ciudad con nivel de napas freáticas que hacen el piso de lanus al borde de ser pantanoso.
La seguridad es el flagelo más grande que tiene Lanus, con planes mentirosos y anuncios inescrupulosos, que convirtieron a lanus en tapa de diarios por asesinatos, secuestro y desaparición forzada de personas.
La salud, lejos estoy de saber de la materia, pero el General Perón decía que la única verdad es la realidad, y la realidad es que los centros de atención primaria (las famosas salitas que de chicos nos llevaban nuestros padres) están faltas de insumos, recursos humanos y de infraestructura acorde al siglo XXI.
Transporte: es una materia pendiente y una herencia que no se sabe ni supo administrar, el estacionamiento es un descontrol, los controles viales son inexistentes y no hay una política de prevención.
Así podría seguir analizando muchos aspectos particulares de la vida social, pero perdería el objetivo que me lleva a escribir, que es transmitir la necesidad que todos estemos comprometidos por una ciudad mejor, que cada lanusense sepa ocupar un lugar activo, desde la participación ciudadana hasta la responsabilidad de ser dirigentes que sepan hacer realidad las necesidades del vecino.
Nuestra ciudad necesita mas sentido común en su gestión como en su control (concejo deliberante), pero solo en el aporte de cada uno encontraremos esto.